La vida que no he vivido by José Luis Gutiérrez Muñoz

La vida que no he vivido by José Luis Gutiérrez Muñoz

autor:José Luis Gutiérrez Muñoz [José Luis Gutiérrez Muñoz]
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9788418345869
editor: 2024
publicado: 2024-09-29T00:00:00+00:00


CAPÍTULO 8

A pesar de que en el Colegio Nacional Mixto Costa Rica niños y niñas ocupábamos aulas diferentes, y de que en mi barrio los chicos nunca compartíamos juegos con las chicas, o precisamente por eso, yo era un niño muy enamoradizo. No recuerdo cuándo fue la primera vez que mi corazón se aceleró ante la presencia de una niña, pero sí tengo grabada en mi memoria una Nochevieja en la que experimenté con una intensidad inusitada ese sentimiento que los mayores llamaban amor. Esa noche tomé las uvas de la suerte con mis padres y mis hermanos, como siempre, y tras los habituales besos y buenos deseos subimos a casa de nuestros vecinos del quinto para celebrar juntos el comienzo del nuevo año. Ellos tenían dos hijos, Roberto y Alicia. Yo era amigo del primero, que sería un año mayor que yo, pero en su hermana, que no creo que tuviera más de doce años, prácticamente ni me había fijado hasta esa noche; en ese momento en que repentinamente descubrí que Alicia era preciosa yo tendría trece. No comprendía cómo podía haberme pasado desapercibida su belleza hasta entonces a pesar de que prácticamente nos veíamos todos los días.

Los padres de Alicia y Roberto eran muy amables conmigo porque me consideraban un muchacho muy educado, serio y responsable. Como sabía el concepto que tenían de mí, traté siempre de no defraudarlos y ante ellos me mostraba aún más formal de lo habitual. Entre los brindis, con champán los adultos y con sidra los menores de modo excepcional, la madre de Alicia afirmó en tono de broma que su hija y yo hacíamos buena pareja, ante lo cual los mayores asintieron sonrientes mientras mis hermanos y Roberto empezaban a hacer burlas de la ocurrencia de mi vecina. Me emocionó observar cómo se ruborizaba Alicia al tiempo que se encaraba con los necios que se mofaban de nosotros. Creo que en ese preciso instante me enamoré de ella. La hubiera emprendido a puñetazos con mis hermanos y con Roberto, que no paraban de reírse, de no ser porque aquello habría arruinado mi buena reputación ante mis vecinos del quinto.

Por aquella época yo cursaba una asignatura de octavo de EGB que se denominaba Pretecnología, en la que hacíamos todo tipo de trabajos manuales utilizando a menudo madera. No hacía mucho que, para tal fin, mis padres me habían comprado una segueta. Utilicé un retal de contrachapado para recortar un corazón del tamaño de una nuez, al que hice un pequeño agujero que me sirvió para prenderlo de un cordel. Lo pinté por las dos caras con un rotulador rojo y añadí mis iniciales por un lado y las de Alicia por el otro. Por supuesto, todo era secreto, tanto que ni mi propia amada supo que de mi cuello colgaba aquella ofrenda. Alguna vez que me crucé con ella en el portal o en las escaleras, estuve tentado a mostrarle el amuleto, lo que hubiera servido para declararle mi amor, pero me sentía



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.